Sin duda alguna, una verdadera Gestión de Cambio no debe desarrollarse a espaldas de los valores que constituyen la piedra angular del desarrollo humano, que se traducirá en un beneficio a la organización, ya que los cambios deben iniciarse en interior de la persona para que sea transmitido a la institución.
Es menester, antes de tratar a la temática de los valores, que tengamos una noción clara de Gestión de Cambio, ya que será en ella que se implantaran dichos valores, y por tanto, debemos saber que es un mecanismo o herramienta para romper ese habito que no nos deja alcanzar la visión y misión de la institución. Ese habito, precisamente se forma del conocimiento (conciencia), de habilidad (practica) y de actitud.
Vale acotar que, así como la misión y la visión representan los pilares sobre los cuales se sustenta una organización, de igual modo, los valores vienen a ser el tercer componente de una Gestión de Cambio, toda vez que representan el comportamiento socialmente aprobado por la organización. Estos valores demandan que realmente sean puestos en práctica como una forma de consolidarlos, logrando una actitud positiva[1] de la organización frente al cambio, y por ende, la eficiencia del proceso de cambio, acogiéndose a la célebre máxima de Heráclito cuando dice que “lo único permanente es el cambio, todo fluye”.
Los valores en el marco de la organización van de la mano, en el propósito de lograr los objetivos estratégicos, las innovaciones, así como la implementación del paradigma[2] de de la proactividad que tiene como pieza fundamental la responsabilidad personal.
El enfoque en valores, supone un cambio cultural en la organización que naturalmente repercute de manera directa en los resultados y las estrategias básicas que orientan las actividades cotidianas de los empleados. Es evidente que en una gestión de valores, que a la vez se incline por la proactividad, brindará a sus servidores la oportunidad de elegir y seleccionar la respuesta ante cualquier estímulo, permitiendo la armonía entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace[3].
Por otra parte, es de conocimiento general la importancia que hoy tienen los valores éticos corporativos para el compromiso organizacional y procura del acercamiento al cliente o usuario. Pero evidentemente, tendremos que trabajar estos valores en la cultura organizacional[4], a los fines de guiar las actividades de los miembros de la organización para construir conductas esperadas y socialmente aceptadas.
Estos valores podríamos decir que son los ejes que rigen la conducta de las personas que trabajan en una organización, y por qué no, en la Administración Pública, máxime sí esos valores serán los que vendrán a fortalecer y legitimar la imagen que se ha formado la sociedad de la Administración del Estado y sus servidores. Es por lo anterior, que observando una conducta apegada a los valores morales y los principios éticos, es que los empleados de una empresa pueden dejar un legado en la sociedad, así como un precedente en su entorno de trabajo.
Finalmente, luego de exponer mi criterio, es bueno dar término con la concepción de un entendido en la materia como lo es Edgar Schein, y señala que “los valores de la organización reflejan las presunciones subyacentes en torno a los cuales se forman los paradigmas culturales de esta: la relación del ser humano con la naturaleza; la naturaleza de la realidad y la verdad; la naturaleza del género humano; la naturaleza de la actividad humana y la naturaleza de las relaciones humanas”[5].
Lic. Geovanny Vicente Romero.
Abogado Politologo.
@geovannyvicentr
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[1] .- Vale indicar, que en cuanto a la Actitud Positiva, nos referimos a esa orientación humana proactiva en contraste con aquella de reactividad. La estrategia institucional responde a la proactividad.
[2] .- Thomas Kuhn los trató ampliamente en su obra, nosotros lo sintetizamos en un sistema de normas y reglamento que hacen dos vertientes, por un lado ofrecer el límite de las cosas, y por otro, brindar la solución al problema.
[3] .- Esto es básicamente lo que persigue la Programación Neurolingüística (PNL).
[4] .- La cultura organizacional es el conjunto de patrones de pensamiento, creencias, valores y sentimientos, aprendidos y compartidos por un grupo.
[5] .- Schein, E: La Cultura empresarial y el liderazgo. Una visión dinámica. Edit. plaza y Janés. Barcelona. 1988.
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