La justicia divina ciertas veces tarda, pero siempre hace acto de presencia, toda verdad oculta bajo el sol llega el día en que sale a la luz. Nuestro país se encuentra en una situación mediática de corrupción, producto de un escándalo que se pudo resolver o evitar en el año 2008 y ahora la ineludible verdad es destapada por investigaciones realizadas por los gobiernos de Estados Unidos y Brasil, para luego ser revelada por la publicación del medio de comunicación internacional Wall Street Journal.
En efecto, estamos hablando del escándalo bochornoso de la compra de los aviones Super Tucanos a una empresa brasileña en el año 2008, saliendo a relucir entonces que fue una compra de grado a grado y que dicha compañía pagó soborno a militares y legisladores para la aprobación del préstamo en el Congreso.
Vale destacar que el asunto de los Super Tucanos y el soborno ya lo había leído hace un tiempo atrás, de hecho con la información del coronel, pero en nuestro país, específicamente el aparato persecutor del Estado, investiga si la denuncia viene de parte de un periódico de carácter internacional como el Wall Street Journal, por lo que en lo adelante la estrategia contra la corrupción debe ser enviar cada acto deshonesto a los medios internacionales, ya que nuestras autoridades actúan por vergüenza a la comunidad internacional y no por respeto a nosotros, el pueblo dominicano que elige a estos funcionarios. Lo anterior da la impresión de que si la revelación es hecha por un periódico local es difamación, pero si lo hace un medio foráneo tiene sentido y hace eco.
Todo esto solo me recuerda las palabras del señor Presidente Danilo Medina cuando en aquel discurso dijo que su gobierno estaba comprometido con la transparencia y que investigaría cada caso a partir de tan solo un “rumor público”.
El Tucanogate le deja hoy a la República Dominicana los siguientes resultados:
PERDEDORES:
1. Los contribuyentes que estamos pagando el préstamo de los Aviones Súper Tucanos.
2. La militancia y alta dirigencia del partido oficialista pierde crédito ante la sociedad, pues en el 2008 mandó a callar o silenciar cualquier denuncia de irregularidad con ese tema, pagando ahora el costo político de descrédito como ha sucedido con el tema Sunland en el pasado.
LOS IMPUNES:
1. Militares.
2. Legisladores.
ÚNICO GANADOR:
El entonces Diputado Elso Segura Martínez quien en el 2008 denunció como Presidente de Ética de la Cámara de Diputados que la aprobación de este préstamo había sido fruto del soborno, provocando que su partido le ordene callar, generando que como señal de protesta este legislador se amordazara su boca. De hecho, por esa denuncia no logró reelegirse como diputado, pagando el precio de la honestidad. Hoy crece su reputación de hombre serio con el destape de este escándalo.
Geovanny Vicente Romero
Abogado, Politólogo y Académico.
@geovannyvicentr
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